miércoles, 16 de diciembre de 2009

Educados o adiestrados

Me deja preocupado el observar determinadas actitudes que en estos meses florecen como fruto de la viveza del fuego crítico que consume el actual gobierno zapateril de España. Si bien durante la primera legislatura la guerra de Irak, el 11M y el Prestige eran granero suficiente en el que esconderse para capear cualquier tormenta derivada de alguno de los innumerables dislates que el leonés (o cualquiera de sus secuaces socialistos) preparaban, ahora el granero ya está seco.
Ha bastado un año desde las últimas elecciones para que todo el macabro marketing que por segunda vez aupó a ZP al Gobierno, para que ahora las críticas ya sean crochets directos a un mentón sin apenas guardia. En un momento como el actual, en el que cinco años largos de vacío gubernamental han dilapidado una (le duela a quien le duela) excelente herencia económica, ya nada, salvo un milagro, podría salvar al individuo de La Moncloa. A sabiendas de esta lamentable situación, sus fieles de la pradera, como si el sueldo o la vida les fuera en ello, llenan furiosamente foros y comentarios de noticias con proclamas pro ZP y anti Aznar (digo yo que qué tendrá que ver hoy día Aznar con ZP) y Rajoy. Y digo que me quedo preocupado porque me asalta la duda de con qué tipo de capacidad reflexiva o qué clase de sentimientos ocupan las cabezas de esta gente. Yo puedo entender que Rajoy te parece feo, que el apoyo a la guerra de Irak te pudo traumatizar la vida, que… yo qué se, pero que haya gente que, viendo lo que ZP está liando en este país, le siga defendiendo… me deja profundamente preocupado. Sólo me quedan dos alternativas: o bien quien los sigue defendiendo y alentando son asalariados del PSOE o bien, del mismo modo que las juventudes neonazis o Jarrai, son gente que desde pequeños, igual que cachorros de perros de pelea, se les adiestra para morder, de manera irracional, al objetivo, incluso a riesgo de perder la vida. Y lo peor es que creo que es esto último lo que ocurre. Existe una parte amplia de la sociedad que más que ser educada, es adiestrada. Y eso no es bueno. Porque se pierde la capacidad de interpretar, de asimilar, de tener visión crítica de la realidad, de discernir la verdad de la mentira, y eso, de una manera o de otra, hace que la persona sea una especie de coche teledirigido, sin voluntad propia, sin más objetivo que las instrucciones tatuadas a fuego en un cerebro enfermo.
Y digo más: no circunscribo este tipo de actitudes a los círculos de la izquierda, ya que en la ventanilla de enfrente por supuesto que también ocurre. Pero ocurre que en los tiempos que corren este mal es endémico en las filas de votantes socialistas, esos que pase lo que pase no dejarán de aplaudir a Felipe Glez., a Guerra, a ZP, y disculparán cualquier tropelía que estos hayan podido cometer, así como a depositar su voto socialista por los siglos de los siglos.
Gente así adiestrada empobrece la fuerza del voto, ya que sabiendo que un porcentaje de los electores están conquistados se haga lo que se haga, es el resto el segmento a conquistar. Esto es lo que yo considero inmadurez democrática, ese calificativo del que tanto se ríen varios conocidos míos que me tachan de facha (qué sabrán ellos de fascismo…).
En España una vez escuché a un analista político que aproximadamente un 60% de los votos en cada proceso electoral en España estaban cautivos. Eso me deja un 40% de gente potencialmente inteligente.

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