jueves, 23 de abril de 2009

Las heridas que nunca se cerrarán

Aún recuerdo de mis tiempo mozos cuando en clases de historia de BUP en algún momento se nos hablaba de las dos Españas, división supuestamente fraguada en la Guerra de la Independencia, y que, tristemente, la clase política se empeña en seguir alimentando dos siglos después.
Digo yo que alguien estará sacando rédito de esta división, porque por lo que a uno respecta, me da pena que sigamos tirándonos piedras desde los dos lados de un mismo tejado. Sin ir más lejos, la famosa Ley de Memoria Histórica es el paradigma de la sinrazón: al Gobierno realmente le interesa rajar cicatrices y hacer que viejas heridas ya cerradas vuelvan a supurar e infectarse. Claro, la primera derivada de este hecho es que algo (relacionado con el dinero, por supuesto) se esconde detrás de toda esta movida cultural-legislativa-ideológica.
A mi, como español, me provoca vergüenza, pena y rabia. Porque los que no hemos vivido la guerra sí hemos escuchado los lamentos de los que la vivieron, y creo que no es digno ni humano hacer caja a base de vísceras, sangre y lágrimas. Ahora, que ¿quién dijo que el negocio tuviese que estar alineado con la dignidad?

1 comentario:

Sara dijo...

Pues la verdad que no lo recuerdo, lo siento. Me gusta leer todo tipo de ideas, aunque no tengan nada que ver conmigo y con mis pensamientos o ideales. No estoy de acuerdo con lo que dices en este post, yo creo que esa Ley es totalmente necesaria, me ha gustado leer una opinión contraria a la mia, sino que aburrimiento.. jeje