lunes, 21 de diciembre de 2009

El valor de la distancia

La tecnología está empobreciendo la riqueza sentimental del ser humano. Hoy día ya no existe la distancia. Esa distancia que en ocasiones refresca el alma, que anota en un huequecito del corazón un pequeño apunte que hace que hechos pasados no se olviden, y que, con la trascendencia que en su tiempo ocurrieron, siempre se recuerden. El romanticismo de una carta manuscrita, de un “qué habrá sido de …”, de un lugar que fue testigo de un episodio de tu vida, … son sensaciones únicas, que enriquecen la vida de quien los protagoniza.
Es algo así como el silencio. Del mismo modo que éste a veces expresa más que millones de palabras, la distancia a menudo da sentido a los recuerdos. Yo quiero que haya una distancia respecto a lugares, personas y hechos que pasaron por mi vida y que tan sólo el remoto destino tiene derecho a volver a cruzar por mi vida. Porque si permaneciese en contacto con todo ello permanentemente, terminaría perdiendo su encanto.
No quiero tener todo mi pasado a golpe de click. Quiero volver a un estadio 0.0, donde eche de menos un hecho, a una persona, un lugar, una etapa, a sabiendas de que nunca volverá. Quiero que mi vida siga siendo un libro en blanco en el que no haya capítulos repetidos.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Educados o adiestrados

Me deja preocupado el observar determinadas actitudes que en estos meses florecen como fruto de la viveza del fuego crítico que consume el actual gobierno zapateril de España. Si bien durante la primera legislatura la guerra de Irak, el 11M y el Prestige eran granero suficiente en el que esconderse para capear cualquier tormenta derivada de alguno de los innumerables dislates que el leonés (o cualquiera de sus secuaces socialistos) preparaban, ahora el granero ya está seco.
Ha bastado un año desde las últimas elecciones para que todo el macabro marketing que por segunda vez aupó a ZP al Gobierno, para que ahora las críticas ya sean crochets directos a un mentón sin apenas guardia. En un momento como el actual, en el que cinco años largos de vacío gubernamental han dilapidado una (le duela a quien le duela) excelente herencia económica, ya nada, salvo un milagro, podría salvar al individuo de La Moncloa. A sabiendas de esta lamentable situación, sus fieles de la pradera, como si el sueldo o la vida les fuera en ello, llenan furiosamente foros y comentarios de noticias con proclamas pro ZP y anti Aznar (digo yo que qué tendrá que ver hoy día Aznar con ZP) y Rajoy. Y digo que me quedo preocupado porque me asalta la duda de con qué tipo de capacidad reflexiva o qué clase de sentimientos ocupan las cabezas de esta gente. Yo puedo entender que Rajoy te parece feo, que el apoyo a la guerra de Irak te pudo traumatizar la vida, que… yo qué se, pero que haya gente que, viendo lo que ZP está liando en este país, le siga defendiendo… me deja profundamente preocupado. Sólo me quedan dos alternativas: o bien quien los sigue defendiendo y alentando son asalariados del PSOE o bien, del mismo modo que las juventudes neonazis o Jarrai, son gente que desde pequeños, igual que cachorros de perros de pelea, se les adiestra para morder, de manera irracional, al objetivo, incluso a riesgo de perder la vida. Y lo peor es que creo que es esto último lo que ocurre. Existe una parte amplia de la sociedad que más que ser educada, es adiestrada. Y eso no es bueno. Porque se pierde la capacidad de interpretar, de asimilar, de tener visión crítica de la realidad, de discernir la verdad de la mentira, y eso, de una manera o de otra, hace que la persona sea una especie de coche teledirigido, sin voluntad propia, sin más objetivo que las instrucciones tatuadas a fuego en un cerebro enfermo.
Y digo más: no circunscribo este tipo de actitudes a los círculos de la izquierda, ya que en la ventanilla de enfrente por supuesto que también ocurre. Pero ocurre que en los tiempos que corren este mal es endémico en las filas de votantes socialistas, esos que pase lo que pase no dejarán de aplaudir a Felipe Glez., a Guerra, a ZP, y disculparán cualquier tropelía que estos hayan podido cometer, así como a depositar su voto socialista por los siglos de los siglos.
Gente así adiestrada empobrece la fuerza del voto, ya que sabiendo que un porcentaje de los electores están conquistados se haga lo que se haga, es el resto el segmento a conquistar. Esto es lo que yo considero inmadurez democrática, ese calificativo del que tanto se ríen varios conocidos míos que me tachan de facha (qué sabrán ellos de fascismo…).
En España una vez escuché a un analista político que aproximadamente un 60% de los votos en cada proceso electoral en España estaban cautivos. Eso me deja un 40% de gente potencialmente inteligente.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El principio de neutralidad

Leo por ahí hoy que en el Gobierno se ha levantado una importante polvareda porque el Rey ha aceptado recibir un premio “a la libertad” de manos de la Fundación FAES (asociada al PP). La verdad es que no me importa un carajo ni el premio, ni quién lo otorga ni quien es el agraciado. Lo que me preocupa es que el trasfondo que denoto en toda esta pantomima es una asquerosa guerra fría que no sólo no cesa, sino que pareciese extender sus raíces por debajo de todas nuestras miserables vidas pudriendo un subsuelo totalmente inaccesible para el españolito medio.
Ahora parece que la guerra se fija en atraerse al monarca (el cual espero que por lo menos acuda sobrio al evento), supongo que para vender luego la foto en el panfleto político de turno, denominado erroneamente medio de comunicación.
Al parecer, en toda esta batalla de boñigas, existía un acuerdo tácito entre las partes que dictaba que la Corona debía permanecer neutral y no ser arrimada al ascua de ninguno de los contendientes. Y parece que con este acto se critica que dicho pacto se ha violado. Desde los medios afines a FAES también leo que (siguiendo la reflexiva e inteligente táctica del “y tu más”) el PSOE ya pisoteó este acuerdo con anterioridad en varias ocasiones. Más bien creo que lo que tienen es envidia de no haberse inventado el premio ellos antes.
Creo que no merece la pena ni siquiera reflexionar sobre esta basura.

lunes, 30 de noviembre de 2009

El método Cruyff

Seguramente un día como hoy, post partido del evento vivido ayer, es el mejor momento para reflejar en un post el por qué de mi afición al Barça, la cual en muchos casos, además de no ser entendida, ha sido agriamente criticada.
Desde que tengo uso de razón soy del Barça. Declarado. No tan aficionado como para ir con la bufanda enroscada al pescuezo ni como para hacer alguna de las colecciones de cubiertos que ofrecen desde diarios deportivos catalanes, pero sí de esos que gritan gol! al marcarle al Real Madrid.
La afición me viene de lejos (para la edad que tengo, claro). Seguramente desde la época de los Romario, Laudrup, Stoichkov, etc. Fiel seguidor de casi todos los deportes, es el fútbol el que por televisión más agradable me resulta de seguir, y quizá es por esto por lo que es lo que más veo. Me trago desde un Alcoyano-Sabadell hasta un partido de la segunda división de Ghana. No soy un friky de este deporte, de esos que cuentan el número de pases con la izquierda que realiza Ivan de la Peña por partido, pero sí un gran degustador de tácticas, competiciones, fichajes y demás.
Ojo, que quede claro que detesto el catalanismo, el forofismo y a Joan Laporta, el peor cáncer que ha sufrido el Barça en muchas décadas.
Pues bien. Teniendo en cuenta, más o menos, dos décadas de fútbol (desde 1990), con el nivel de atención que le he prestado, mi pasión por el Barcelona creo que está justificada porque es el único club del mundo que de manera continuada (no una ni dos temporadas) ha apostado por alcanzar la convergencia entre la excelencia futbolística y el éxito deportivo. Esto es, que han sido los únicos que han creído en que a largo plazo se puede ganar siendo los que mejor juegan. Esto así dicho suena raro. ¿Acaso otros equipos no lo quieren? Pues no. La inmensa mayoría, perdón, todos los demás equipos, desean ganar por encima de todo, independientemente de jugar mal, y no están dispuestos a hacer una apuesta a largo plazo para alcanzar una convergencia tan compleja. Caso aparte es el Real Madrid, el cual tan sólo busca ganar dinero, por encima incluso de ganar títulos. El jugar bien… en la ventanilla de enfrente.
Johan Cruyff es la clave. Desde su llegada al banquillo culé, impuso una filosofía única: un estilo de juego propio a caballo entre la densidad de juego sudamericana y la aceleración en la parte final de la jugada típica del juego centroeuropeo. Un portero que gane protagonismo y una defensa dinámica que sea capaz de perder efectivos en determinados momentos del juego sin notarse la bajada de eficiencia. Y, sobre todo, una apuesta por volcar el peso del equipo en un medio centro. Todo ello aliñado con la esencia fundamental que da sentido a este estilo: la cooperación.
Muchos han sido los entrenadores que han pasado por este Barça en los últimos 20 años, pero, y gracias a la herencia de Cruyff, sólo 2 y medio han aplicado el tesoro que el holandés regaló al llegar al equipo como entrenador: el propio Cruyff, Guardiola, y Rijkaard (este a medias). Este Barcelona tiene éxito porque cada uno de los once jugadores son meros peones ante un sistema perfectamente diseñado y engrasado que no entiende de notas discordantes: el Guardiola, Eusebio o Xavi de turno maneja la batuta, juega con tranquilidad, arriesga lo justo, si es necesario devuelve hacia atrás, y vuelve a intentarlo, abre a un banda, se la devuelven, abre a la otra, la vuelve a recibir, y así sucesivamente hasta que en un momento de descuido, se abre un agujero entre los volantes y los centrales rivales y es cuando aparece el pase en profundidad al Bakero, Beguiristaín, Iniesta, Stoichkov, Messi o el que sea que tan sólo tiene que hacer una pared o incluso al primer toque, para dejar a Romario, Ronaldo o Eto’o sólo delante del portero rival y batirle. El balón ha de tener un solo dueño durante todo el partido, y con él, el control del juego. No se dan patadones, tan sólo algún pase largo muy de vez en cuando y siempre y cuando sea para sustituir el pase final del organizador. Se abusa del toque en corto, de la pared, de la triangulación y del sobeteo del balón al primer toque buscando muchos pases seguros antes que pocos arriesgados.
Por otro lado las bandas: los laterales han de ser buenos marcadores y sobre todo muy rápidos (Sergi, Ferrer, Alves) para compensar el dinamismo antes comentado de la defensa y abrir el campo para desahogar al medio centro, y los extremos han de ser buenos encarando, puesto que a la contra casi siempre se busca el 1 contra 1 por la banda.
Algo que parece tan sencillo, en tantos años pocos entrenadores lo han sabido interpretar. De la cantera culé siguen saliendo perlas como dividendo de la apuesta de Cruyff (Messi, Xavi, Iniesta, Piqué, Puyol, Pedro, etc.) que muchos años después empieza a revelarse como una genialidad de la estrategia. De la Masía sale gente que sólo sabe jugar a una cosa. La clave es saber colocarlos en el sistema Cruyff. Si se hace bien, el éxito está asegurado. No es necesario gastarse millonadas en estrellitas (o estrellados) que vendan camisetas y conduzcan Ferraris, puesto que esa gente sólo sabe jugar a ganar dinero. De las categorías base los cachorros ya salen adiestrados, y al más puro estilo Lego, muchos de ellos parecen meras piezas hechas en serie, ya preparadas para sustituir en el primer equipo a cualquiera, independiéntemente de su edad. Y tampoco hay necesidad de soportar salidas de tono de aspirantes a rey de reyes (Eto’o es un claro ejemplo), puesto que lo importante es el equipo, no los integrantes. Prueba de ello es que el año que viene casi todos los integrantes del once inicial del Barça podrían ser dignos aspirantes al Balón de Oro.
Después de todo esto, no cabe duda que creer en el Madrid galáctico, en el Milán de los jubilados o en el Chelsea de los monos, no tiene hueco en comparación del Barça de Cruyff, el cual, veinte años después, sigue siendo… otra cosa.

jueves, 26 de noviembre de 2009

A qué huele el Santiago Bernabéu

Ayer estuve en el estadio Santiago Bernabéu presenciando el partido de Champions League contra el Zürich. Un futbolero de pro como yo no puede irse de este mundo sin asistir a eventos de este tipo, por mucho que no le tenga en demasiada estima al club merengue.
Más que el partido en sí, que fue malo, pero malo, malo… me quedo con todo lo que pude observar allí. De entrada, decir que asistí gracias a un contacto personal que me permitió estar sentado en la misma fila que Florentino I el Grande, unos 20 metros a su izquierda. Casi nada. No quiero ni imaginar la tela que costaba la localidad que ocupé…
Los prolegómenos. El protocolo de la Champions (supongo que en gran medida condicionado por la televisión) incluye una serie de actos que no son muy normales de ver en otros campos (la puertecita de cartón por la que pasan los jugadores, el himno de la Champions junto con la sábana gigante con forma de balón estrellado que hacen ondear los niños en el centro del campo, etc.) y que son realmente curiosos. Por momentos pareciese que Dios estuviese bajando en ascensor del cielo. Quizá por eso los aficionados se ponían en pié (para mi extrañeza) y bajaban la intensidad acústica de su voz al mismo tiempo que aplaudían. Igual que ocurría en misa al entrar el sacerdote…
El transcurso del partido. Aparte del rollo futbolistico que me tragué, tuve la mala suerte de, además de ir acompañado de madridistas acérrimos (de los de carnet, bufanda y “ejque”), sentarme en una zona especialmente merengona, con lo cual pude experimentar “in situ” las vivencias de la fauna blanca en su propio ecosistema. Ahora que ya no me pueden borrar del mapa a gorrazos, he de decir que los madridistas más que temer, sienten pánico al Barça, que envidian a Messi, a Xavi y a Iniesta, y que el 6-2 del año pasado hizo mucho daño. Claro, supongo que en presencia de un culé nunca lo reconocerían…
Me pareció también muy curioso el sentimiento de grandeza que envuelve a los madridistas: el desprecio hacia los equipos pequeños (“así juega el Málaga”, “por ver esto no pagan ni los del Racing”, “el Madrid es un club señor y tiene que demostrarlo en el juego”, “los del atleti son unos muertos de hambre”, etc.), las contínuas críticas al menor error de los jugadores, etc. son, por lo visto, moneda de cambio habitual por esas tierras…
El descanso. Con bocadillos de jamón y pan con tomate en ristre (toma catalanismo en el corazón blanco) observé que los inquilinos del palco de autoridades son, al final, seres humanos como cualquiera, y ante la presencia de pitanza y priva gratis, perdiendo el decoro y el glamour, más que correr, volaban hacia las bandejas de gambas, jamón, y demás delicatessen, y a los tiradores de birra (y lo que no era birra) que tan graciosamente les servían las espectaculares (ingenieras aeronáuticas todas) azazatas en la zona VIP. Con precisión japonesa, al mismo tiempo que los futbolistas volvían al campo, los aficionados VIP regresaban a sus asientos, relamiéndose cual gorrinos tras una suculenta jornada de montanera, y casi todos limpiándose los morros con su pañuelito blanco (como los que llevaba mi abuelo) de la grasilla que adornaba sus hocicos (lástima no haber tenido la cámara allí…).
El talibán. A mi lado se me sentó un pipiolo de no más de 17 años, que dedicó las dos horas largas en las que coincidí a su lado en el estadio, a beber compulsivamente Coca-Cola de una botella de litro (que se fundió finalmente), y a berrear, con timbre de polluelo adolescente que está estrenando nuevo tono de voz, todas y cada una de las deliciosas canciones con las que nos deleitaban los genios de Ultra-Sur. Incluso en determinadas estrofas, se sentía Bisbal y se adornaba con gorgoritos. Patético.
Ultra-Sur. Qué decir de esta piara. Es mejor verlos de lejos. A la salida tuve la desgracia de tener que pasar cerca de ellos y observarlos la jeta. Estarán contentas sus madres de lo que han engendrado.
En fin, que ni fu ni fa. No estuvo mal la experiencia. Me queda un cierto regusto amargo de lo que pude ver en el estadio supuestamente más glorioso del fútbol español y (según algunos) mundial.
Desde ayer el estadio del Real Madrid me sabe a empresario setentero acompañado de lumi de lujo, a ejecutivo farlopero engominado hasta las cejas, a obrero en paro bocadillo de tortilla y vaso de Cruzcampo en ristre, a estudiante japonés ávido de fotos de estrella futbolera, y me huele a humo de puro barato, a sobaco de ecuatoriano y a perfume de mercadillo. Es cierto que el Santiago Bernabéu tiene un sabor y un aroma especiales.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Yo estuve muerto

Es algo de lo que me siento macabramente orgulloso. Pero no tengo muchos más sentimientos relacionados con aquel episodio. Quizá tengo más apego a la vida. O quizá lo he perdido completamente, puesto que no tengo miedo en absoluto a dejar de vivir, sino a ver que me llega la muerte. No sé con quien hablar de todo esto. Me han recomendado zambullirme en alguna religión asiática, que tienen bastante experiencia acumulada en la asimilación de la vida y la muerte como dos etapas sucesivas. Es posible que en alguna de estas religiones encuentre un camino a esta vida que vivo de rebote y en la que cada día encuentro menos alicientes. Todo ocurrió cuando yo tenía dos años y medio. Una de las variantes más agresivas y mortales de meningitis (algo así como sepsi meningocócica) dejó inerte mi cuerpo en brazos de mi abuela. El doctor Mu--, que vivía enfrente, y buen amigo de mi familia, cruzó en bata y zapatillas la calle y en cosa de segundos clavó el diagnóstico, así como preparó a mi abuela para lo peor. Por lo demás, sólo recuerdo focos y muchas personas con bata blanca que me miraban como a un objeto extraño. Creo que un tratamiento de choque totalmente contraindicado para la edad que tenía me salvó la vida. Años después varios médicos seguían a distancia mi evolución, puesto que no se creían que hubiese salido de esa. Si, estuve muerto. A mis padres les llegaron a insinuar que estaba clínicamente muerto y que solo un milagro me podría salvar. Ahora yo me estoy metiendo en un oscuro tunel en el que no sé cómo he entrado ni cómo se sale. No se si quiero vivir, o si he perdido toda ilusión por seguir aquí. A lo único que temo realmente, es a sufrir.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Abortar es matar.

Lo puedes pintar del color que quieras. Lo puedes justificar como te de la gana. Pero abortar es matar, puesto que supone quitar la vida a algo que está vivo. A ver, es que me hace gracia el que haya gente hipócrita que diga que si no ha nacido no está vivo, que si justificaciones morales, que si… que si la abuela fuma!!! Abortar es matar y punto. Ojo, que conste que para nada me pongo en contra del aborto, puesto que yo soy el primero que está a favor de la pena de muerte. Y por otro lado, y dando por supuesto que el ser humano es un animal (más o menos evolucionado), tenemos tanto derecho a matar una hormiga como a matar una persona, por lo que considero que matar a otra persona (hombre, matizando el tema y sin frivolizar al estilo Tarantino) no tiene por qué ser un drama.
Pero que me venga un defensor de los derechos humanos, de esos que arrastran su pecho en carne viva por el suelo y dejan que las lágrimas surquen sus mejillas mientras sus manos sangran desgarradas del roce con la tierra en su encarnizada lucha por los hambrientos de Sudán, a decir que abortar no es un delito, vamos, levanto la pata y los meo en la jeta. Hay que tener valor.
Por eso, y ya puestos a divertirnos con algo que adoro como es el humor negro, yo opino que si se regula el aborto como hoy día quiere el Gobierno, también se debe regular el método abortivo. A mi me encantaría poder introducir por el chichi de una mujer una Black & Decker con una buena broca de 9mm, apuntar al centro del cráneo del feto y… suavemente batir sus sesos dentro de su cráneo como si de una piña colada se tratase. Luego iría a por los globos oculares, luego bajaría por la garganta y pasaría por los pulmones, riñones, hígado, estómago, y, por último, y como remate, el corazón. Finalmente haría una sentadilla sobre la madre para hacerla expulsar a chorro los restos del asesinato y así dejarla limpia de sangre, por lo menos en su estómago. Dios, que lo aprueben cuanto antes, porque me encantaría ser Abortador.

lunes, 26 de octubre de 2009

Homenaje a Andrés Montes

Creo que es de ley el que dedique unas líneas a un tío por el que siempre he sentido una verdadera devoción. Pocas personas se podrá encontrar uno agarrado a un micrófono en la televisión (o en la radio) que sean capaces de contar tantas cosas de manera tan inteligente como Andrés Montes. Con educación, con destreza, pero a la vez con ironía, sarcasmo, elegancia. Un tío culto, pero sin estridencias, discreto. Que igual te hacía un sainete con un tiro libre que te contaba una anécdota político-deportiva de la antigua Yugoslavia. Cada retransmisión, una obra de arte. Porque el deporte puede ser mucho más que una crónica. Un estilo único, tan peculiar como arriesgado, denostado por unos y adorado por otros. Pero que no dejaba indiferente a nadie.
A toro pasado me he tenido que enterar que Andrés Montes tuvo un cáncer, que estaba fatal del corazón, que estaba arruinado, y que, según parece, le echaron como a un perro de La Sexta por no agachar las orejas y claudicar politizando sus retransmisiones. Bien por ZP y los suyos. Espero que en la conciencia de quien sea quede la muerte de un genio. Porque es lo que era. Hasta siempre, figura.

Desasosegado

Este fin de semana pasado, varios hecho me han dado que pensar acerca del tipo de gente que habita este país. El sábado, en una cena “entre conocidos” una pareja bien avenida, enarbolaba su estandarte encarnado, de catecismo socialista estricto, ridiculizando a Aznar, haciendo bromas por el caso Gürtel y defendiendo a capa y espada la estupenda gestión económica del Gobierno ZP, así como, y aquí viene lo gordo, criticando el que la liberalización de las telecomunicaciones en España no sólo no provocó una bajada en el precio de los servicios, sino que incluso los aumentó. Con un par.
Por otro lado, en un evento deportivo, durante dos horas aguanté el tipo entre una horda de seres humanos que sin venir a cuento insultaron repetida y gravemente a, no sólo los jugadores del equipo contrario sinó a sus familias incluso, y amenazaron de muerte a los aficionados del equipo rival. Del mismo modo pude “estudiar” sus movimientos detenidamente, observando sus gestos, saludos, despedidas, comentarios, etc. que entre ellos se intercambiaban. Igual que un Félix Rodríguez de la Fuente cualquiera en medio de un bosque perdido.
De todo este aluvión de experiéncias, me quedo con la conclusión de que, o me muevo en ambientes muy sórdidos e incultos en mis ratos de ocio, o en media la sociedad española es tremendamente garrula. Hoy mi jefe se sonreía cuando lo comentaba con él, y me argumentaba que es que en realidad ése es el nivel intelectual medio de la población española, pero que lógicamente, los círculos académicos y profesionales en los que me muevo son un oasis en medio del desierto: somos horteras, incultos, maleducados, envidiosos, agresivos, no tenemos demasiadas expectativas de cara al futuro porque no vemos más que la punta de nuestros zapatos, no nos preocupamos de pensar, sino que mejor preferimos leer pensamientos (supuestamente) ya razonados, somos manipulables, insensibles, ignorantes, inseguros, orgullosos, vanidosos, … y lo peor es que no somos conscientes de todos los defectos que tenemos.
Me he quedado un poco triste después de lo visto.

martes, 5 de mayo de 2009

Piratas

No me lo podía creer cuando lo leí en la prensa. La SGAE se había cobrado un 10% de los ingresos obtenidos en un concierto benéfico a beneficio de la familia de un niño gravemente enfermo que no podía hacer frente a los costes de la enfermedad.
A media tarde, después de la explosión mediática que tan vil acto había provocado, van los piratas de la SGAE y cascan que, viendo que los organizadores del evento accedieron religiosamente a sus obligaciones de pernada (esto lo digo yo) en favor de la SGAE, y teniendo en cuenta el caracter responsable con la sociedad de dicha organización, han decidido donar la mordida a la familia del niño. Toma ya. Y se han quedado nuevos.
Yo a veces pienso que demasiadas pocas cosas pasan. Hace poco escuché que Ramoncín había interpuesto varias denuncias por acoso, ya que alrededor de su casa habían aparecido pintadas amenazantes y demás cosas raras, y que tenía miedo de lo que pudiese pasar.
Particularmente, si yo soy el padre del niño del festival benéfico, me presento en las puertas de la SGAE con una recortada y monto la de Dios es Cristo, empezando por la ministra González Sinde y siguiendo por Ramoncín.
Esto ha superado cualquier límite permisible. Ya es hora de que dejemos de ser considerados imbéciles.

martes, 28 de abril de 2009

De sexualidades y demás modas

Una persona que siente deseo sexual por un niño, un muerto, un animal o una plancha (por decir algo raro) es un enfermo. Pero una persona que siente deseo sexual por otra de su mismo sexo, es símplemente otra tendencia sexual que hay que reconocer, e incluso otorgarle derechos y privilegios especiales. Toma ya. El ser humano ha adelantado a la naturaleza por la izquierda. Creo que si existen los extraterrestres, el día que intenten comprendernos, van a salir corriendo.

viernes, 24 de abril de 2009

La amenaza de las minorías

Me planto. Creo que ya hemos llegado a un extremo en el que ser hombre blanco es casi como ser un ser apestado. Si tienes un problema con un inmigrante, eres un racista, si es con un homosexual, eres un homófobo, si es con tu mujer, eres un maltratador de mujeres, si es con cualquier otra mujer, eres un machista, si es con alguien de izquierdas, eres un fascista, si miras a un niño, eres un pederasta, … Pero bueno, ¿qué es esto? ¿Es que no se puede salir a la calle y hacer vida normal sin que te expongas a que alguna asociación de garrafón te cuelgue cualquiera de los calificativos que llenan la boca de tantas asociaciones de nuevo cuño que últimamente abarrotan las noticias de los medios de comunicación?
Pues no me da la gana. Si me tengo que partir la cara con un negro, me la parto. Si tengo que cagarme en los antepasados de alguna mujer que me hace una pirula en la carretera, me cago. Y si tengo que llamar tarado a alguna marica que intenta meterme mano, se lo digo. Y punto. Vamos, a ver si ahora voy a ser yo quién tenga que crear una asociación que me defienda de la amenaza de las minorías…

jueves, 23 de abril de 2009

Las heridas que nunca se cerrarán

Aún recuerdo de mis tiempo mozos cuando en clases de historia de BUP en algún momento se nos hablaba de las dos Españas, división supuestamente fraguada en la Guerra de la Independencia, y que, tristemente, la clase política se empeña en seguir alimentando dos siglos después.
Digo yo que alguien estará sacando rédito de esta división, porque por lo que a uno respecta, me da pena que sigamos tirándonos piedras desde los dos lados de un mismo tejado. Sin ir más lejos, la famosa Ley de Memoria Histórica es el paradigma de la sinrazón: al Gobierno realmente le interesa rajar cicatrices y hacer que viejas heridas ya cerradas vuelvan a supurar e infectarse. Claro, la primera derivada de este hecho es que algo (relacionado con el dinero, por supuesto) se esconde detrás de toda esta movida cultural-legislativa-ideológica.
A mi, como español, me provoca vergüenza, pena y rabia. Porque los que no hemos vivido la guerra sí hemos escuchado los lamentos de los que la vivieron, y creo que no es digno ni humano hacer caja a base de vísceras, sangre y lágrimas. Ahora, que ¿quién dijo que el negocio tuviese que estar alineado con la dignidad?

martes, 14 de abril de 2009

Creer o no creer

Dios no existe. De hecho, ni ha existido, ni existe, ni existirá nunca ningún Dios.
Llevamos varios milenios inventándonos dioses por diferentes motivos, y por supuesto, como fiel reflejo del egoista espíritu humano, hemos llegado al punto de capitalizar el origen de la creación de los dioses: el miedo a lo desconocido.
Los fenómenos naturales fueron considerados dioses durante siglos hasta que la ciencia consiguió describirlos, por ejemplo. En el mundo Occidental, la muerte es el último miedo a superar. Y ahí es donde las religiones más evolucionadas han diseñado y articulado complejas estructuras de poder que llegan a tener influencia en los más recónditos aspectos de la vida pública, con el vil fin del poder y la riqueza.
Da grima ver al Papa pedir a los gobiernos del mundo un poco de caridad y solidaridad con los desfavorecidos del tercer mundo desde su micromundo de mármol y oro del Vaticano.
Durante siglos la Iglesia ha juzgado, dictado sentencia y ajusticiado a quienes se salían del marco moral y financiero que ella marcaba, como si de una vulgar mafia se tratase. Los abusos que esta vieja institución ha cometido a lo largo de tantos años no merecen más que condenas y penas de resarcimiento. También es cierto que con total seguridad a lo largo de la historia habrá habido religiosos que hayan defendido los valores que promulga el cristianismo desde la decencia y la pulcritud más absoluta. Pero no es a ellos, casos puntuales, a los que apunta la crítica, sino a la institución en conjunto, tanto a quienes la crearon como a quienes la viciaron.
Sin embargo, y aún siendo completamente consciente de lo anteriormente expuesto, no puedo negar el indudable valor que la fé cristiana (en particular) tiene para no poca gente, independientemente del staff que la "acerca" a los creyentes. Quizá me he de considerar un desgraciado por ser tan analítico como soy. Quizá sería más felíz si me inventase un Dios bondadoso que me protege, que me escucha, y que me espera en algún lugar magnífico para que el día que me llegue la hora me acoja en su seno por siempre jamás. Quizá. Pero no lo soy.
Lo que me duele de verdad es que admiro a la gente que sí cree en algún Dios, porque llenan de alguna manera en su alma, ese vacío que yo sí tengo y que me hace sentir pánico al día en que me muera.
Por ello, no me parece justo que la Iglesia católica haya convertido en una mafia la gestión de la fé que profesan sus fieles. Y por supuesto peor me parece la ola anticatólica que actualmente se vive en España alentada por un Gobierno que sin escrúpulo alguno osa cercenar la fé de tanta gente en virtud de una escala de valores tan artificial como indigna, com más antis que pros, más basada en el rencor, la envidia y en el odio, que en la ilusión y la felicidad, y que, como en una rastrera reyerta de barrio, trata de apropiarse del valor económico, político y social que el catolicismo ha disfrutado a lo largo de tantos siglos.
Nos encontramos en una etapa de vacío de moral, de fé y de confianza. Quienes no creemos, sufrimos por los que sí lo hacen, además de por nosotros mismos y nuestro vacío interior. Y quienes sí creen, sufren por el acoso moral, legal y hasta físico de los paladines de la libertad espiritual.
En medio de tal batalla de dolor, uno sólo pide poder vivir para poder tratar de alcanzar la felicidad, por Dios.

jueves, 2 de abril de 2009

Alimentos sociales

Cúantas veces hemos oído hablar de las “costumbres sociales”, aquellas que, en torno a un producto alimenticio, generan un contexto de amistad, cordialidad, diplomacia, buscando otros fines. Tomar unas cañas, tomar unos vinos, tomar un café, etc.
Uno la verdad es que no se considera para nada una persona antisocial, pero, por alguna extraña carambola de la fortuna, no se siente a gusto con gran parte de estas costumbres, no ya por lo que significan en sí mismas, sino porque detesto los productos que consituyen el core de las situaciones.
La cerveza: amarga a rabiar, alcohólica e intomable si no está fría. Creo que es de las peores sustancias que se puede echar uno al gaznate. Sólo la considero como conductor del calor y en cierta medida del sabor en ciertos guisos. Pero tomada sóla, ni loco.
El vino: sin ser tan amargo como la cerveza, tiene un sabor a bebida rancia y maderosa que unida al alcohol que contiene la hace insoportable. Qué decir de los enólogos (tanto los profesionales como los amateurs): borrachines enmascarados. Sin comentarios. Lo curioso es que la mayoría de los que “entienden” de vino, apenas son capaces de distinguir entre mero y merluza, que ya es decir. Con eso queda dicho todo. Sin embargo, en la cocina, es imprescincible en multitud de guisos (todos los estofados) adobos, masas de empanadas, salsas, etc. Tanto blancos como tintos, rosados o espumosos.
El café: producto amargo por excelencia. Es la única infusión que de tan mal que sabe no me permite ni intentar paladearla, por lo que el sabor lo he de intuir en otros productos compuestos por dicho producto. Yo creo que es, igual que el tabaco, su capacidad adictiva, la que la genera tal cantidad de adeptos. Me quedo con el descafeinado de sobre, que da un interesante sabor a la leche, pero no aligera la textura. Pero cualquier cosa que me sepa a café, ni verla (tiramisú, bombones, etc.). En mi cocina desde luego no tiene cabida.
Licores: en su momento era de los que los tomaba a cara de perro, por su efecto alucinógeno. Pero una vez superada la edad del pavo, ni loco me echo un trago de nada con alcohol. En la cocina tan sólo contemplo los licores afrutados para aromatizar ciertos postres o el cognac para algunos guisos de aves duras. No creo en los flambeados.
De verdad: pruében a tomarse un mosto o un zumo en lugar de una cerveza o un vino. Prueben a desayunar un cacao soluble en vez de café. Conozcan el maravilloso mundo de las infusiones: no ya sólo las típicas (té, manzanilla, menta, etc.), sino las de frutas (limón, frambuesa, fresa, manzana, etc.), las de hierbas menos habituales (canela, romero, vainilla, etc.). Y coman con agua. Por Dios. Que la última vez que tras pedirme un solomillo de buey en un restaurante de galones, el maitre se mosqueó porque no quería vino de acompañamiento, me dieron ganas de pedir la carta de reclamaciones o de patearle sus partes. Por ignorante y garrulo.
Después de esto, dirán: eres raro. Pues vale. Igual lo soy. Pero cuando tengo algún evento social, como y bebo lo que me gusta, y me quedo tan ancho. Y punto.

lunes, 30 de marzo de 2009

El baile de las Cajas de desahorro

Lo cierto es que no por esperado, ha sorprendido la noticia de la intervención del BdE en CCM de este fin de semana pasado. Una semana difícil en la que Ernst & Young, CCM y Gobierno han sacado el tablero de un ajedrez maldito en el cual uno (o varios) seguro que perderían y, en el mejor de los casos, sólo uno ganaría.
El escenario final ha sido que los auditores han salvado su dignidad profesional negándose a firmar unas cuentas falsas, los administradores de la Caja se enfrentan ahora a un futuro muy difícil (con todas las implicaciones que tendrá esta decisión) y un Gobierno que una vez más ha quedado en evidencia por tratar de mentir, manipular y finalmente, mal utilizar el dinero de los contribuyentes.
La CCM tiene un agujero patrimonial tan descomunal que no es viable. Dicho en plata: si en su balance dicen que tienen N millones de euros, la realidad es que sólo tienen un 30% o un 40%, en el mejor de los casos, de N.
Una excesiva exposición al ladrillo (lo que hace que probablemente el agujero patrimonial vaya creciendo a medida que el mercado inmobiliario siga cayendo), una barra libre obscena con la Junta de Castilla la Mancha que ha fusilado recursos desproporcionadamente en los últimos lustros, y una nefasta política de gestión de activos y previsión de futuro han desembocado en una intervención que si bien no afectará (espero) a los depositantes de ahorro, sí nos va a salir por un pico al resto de españolitos, ya que es papá Estado quien avala.
Pero me quiero centrar en lo que esta intervención va a suponer en los próximos meses (y años): esta Caja no va a ser la última en caer, por lo que el efecto dominó está a punto de arrancar, y, tal y como espero que sucedan las cosas, no ya por desear a nadie ningún mal, sino por el bien de todos, va a provocar que las Juntas de las CCAA se vean asfixiadas (ni Dios las da crédito, y por eso se “inventaron” las Cajas de Ahorro) económicamente, a medida que vayan cayendo más Cajas, con lo cual no son para nada descartables regulaciones de empleo masivas en muchas de ellas, paralización de proyectos de todo tipo (infraestructuras, patrocinios deportivos, obras sociales, etc.) así como los más que probables despidos masivos en las entidades intervenidas y el cierre de multitud de empresas privadas, públicas y pseudopúblicas que nacieron al amparo de los contratos “en exclusiva” de las corporaciones locales y regionales.
Y es que no cabe en cabeza humana que un país de 40 millones de habitantes tenga 3 millones de funcionarios, la mayoría en administraciones locales, provinciales y regionales, con el casi inexistente tejido industrial español. Las CCAA han sido un fraude con el que se han forrado unos cuantos, que han tenido la desfachatez de hacerse bancos a medida, llamándolas Cajas de Ahorro, para robar aún más, y que no contentos con los monstruos creados, en vez de parar y empezar de nuevo, han huido hacia delante engordando unas cifras de deuda a todas luces irrecuperable. El ladrillo de los últimos años tan sólo ha prolongado la vida de Cajas y CCAA, pero ahora todo ha acabado. Ahora ya no hay nada, más que vacío, y deuda. Mucha deuda.
Me temo que las CCAA están heridas de muerte. ZP no quería que la primera Caja en caer fuese la “socia” de una CCAA de su color. Pero ha sido inevitable. Mediante presiones, esta semana pasada han intentado que E&Y tirase al suelo su profesionalidad y su futuro para salvar algo del escaso crédito que los socialistas aun tienen, aprobando las cuentas del año pasado, unas cuentas catastróficas que sólo auguran malos presagios para la CCM. Posiblemente si las hubiesen aprobado, el marrón de CCM se hubiese tapado con la fusión con Unicaja, a la espera de que una Caja del color “popular” cayese. Y sería entonces cuando el Gobierno hablaría de la desfachatez de los “populares”.
Ahora sólo queda esperar. Para algunos, rezar, también. Porque se avecinan nuevas malas noticias, sobre todo para empleados de las Cajas y para funcionarios de CCAA. Pero quizá, como antiguamente se decía, una buena sangría a tiempo puede salvar la vida al enfermo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Sardá I, el despiadado

Dice un proverbio árabe que El hombre no puede saltar fuera de su sombra. Quizá Javier Sardá es el más claro ejemplo de este dicho.
Aún recuerdo cuando, ya yonki perdido de las ondas radiofónicas, me tragaba el insoportable bodrio de La Ventana, con el, aún a día de hoy, nunca comprendido papel del Señor Casamajor, que protagonizaba una parte de aquel programa pseudoinformativo más cercano al folletín electoral que al servicio público. Supongo que las jornadas vespertinas de deberes me empujaban a escuchar tan lamentable espacio en vez de escuchar música, que me causaba somnolencia.
Posteriormente tengo un vago recuerdo de este personaje en Juego de niños, ya en televisión, y de Moros y Cristianos. Pero, sin duda, cuando más claro he tenido su esquema intelectual, ha sido con su Ópera Prima: Crónicas Marcianas.
De entrada he de decir que a mi me encantaba el programa. Era como una droga dura de esas que te ponen euforico perdido y deseando saltar al vacío desde un ático sin sujección alguna, o la de echarse a las vías del tren, creyéndose uno Dios, para posteriormente llorar amargamente por lo cruel que puede llegar a ser la vida. Era la clara demostración que nunca existió ni existirá un monstruo más feroz que la ambición de un ser humano. Manipulación, humillaciones, soberbia, miserias, insultos, descrédito, tristeza, dolor, risa, … todo mezclado en un batido purulento que millones de basuravidentes nos tragábamos noche tras noche para mayor gloria de la billetera del catalán, así como de los impresentables Boris Izaguirre, Matamoros Brths., Latre, Fuentes, etc.
¿Cómo es posible que existiese dicho programa de tv? ¿Hasta dónde puede llegar la indignidad de las personas para tragarse semejante esperpento? ¿Qué pensaba yo en esos momentos?
A Crónicas Marcianas iba gente a que la insultasen, la humillasen, la quitasen la ropa, etc. etc. etc. Todo por dinero. Como todo el que se movía por allí, pero al menos los presentadores disfrutaban de tal circo sin salir dañados, que no era poco.
Particularmente he de hacer mención a gente como Pozi, el Risitas, y demás personas (ojo, pagadas, por lo que gran parte de la culpa de su descrédito la tenían ellos mismos por participar del show) que el inefable Sardá trataba como cerdos infectos camino del desolladero. Sin piedad. No se atrevía a pegarlos ni a degollarlos en publico por no mancharse de sangre su impecable camisa blanca, a la sazón una indigna capa para un alma tan negra.
Y luego su versión manipuladora y demagoga. Al amparo de sus intereses ideológicos, catapultó el No a la Guerra a niveles casi internacionales, pines, pegatinas y discursos incluídos. ¿Es posible una desvergüenza mayor que el que entone nada a favor de ningún derecho humano, un ser capaz de hacer lo que él hizo con personas? Sin comentarios.
Posteriormente aparece en un extraño programa llamado Dutifrí, que, habiéndolo visto un par de veces, tampoco llegué a comprender, ya que, pese a querer ser una guía de viajes, en realidad era una especie de cuaderno de viaje/diario/bitácora que lo único que mostraba era el inmenso ego del protagonista.
Ahora parece que va a volver. De nuevo al Late Night (Prime Time). Me echo a temblar. Acompañado de nuevo por Latre e Izaguirre y ahora la Milá. Toma ya. Al cóctel de vomitos ahora le echamos excrementos de rata para darle más sabor. Muy mal deben estar en Telecinco para volver a apostar por esta cuadrilla. Imagino que por buenos cuartos volverán a salir al escenario. Quien sabe si la crisis a alguno le ha dejado el culo al aire…
Porque, obviamente, lo que hace este tío, es siempre lo mismo. Se puede pintar de uno u otro color. Pero el fondo es siempre el mismo: yo, al servicio de mí mismo, por encima de todo y de todos, y cueste lo que cueste. Qué sabio fue quien entonó por primera vez el proverbio.

martes, 24 de marzo de 2009

Lidiando con el queso de cabra

Una de mis debilidades. Complejo compañero de viaje en la cocina, con más enemigos que seguidores. De los habituales en las tiendas, el majorero me parece más convencional; el de rulo es tan versátil como arriesgado. Su textura, su fondo, … una maravilla que sitúa al chef en la delgada línea entre el éxito y el fracaso.
Si nos centramos en el de rulo: untado sobre pan caliente manchado con tomate y aceite de oliva; reblandecido al horno y acompañado de un buen jamón o cecina muy fina, ambos tibios; unas láminas sobre un trozo de solomillo (o cinta de lomo) de cerdo recién sacado de la plancha; a palo seco, con frutos secos, que le potencian el sabor (especialmente nueces, piñones y avellanas); si no tienes tiempo ni dinero pero sí hambre, un cuenco de arroz recién hervido y escurrido, aún humeante, unas láminas de rulo, revolver rápido y echar unas aceitunas negras picadas.
Y para acompañar, para los que les vaya el vino, alguno afrutado; yo prefiero mosto rojo muy frío.
Como postre, ufff, me quedo con una milhojas al 30/70 con membrillo. Cuidado, debe ser pronunciadamente dulce. Ah, y los dátiles, miran desde la ventana con envidia al membrillo, pero aún no han visto su oportunidad. Por cierto: la ración, más bien escasa puesto que la mezcla es compleja y llega a saturar.

lunes, 23 de marzo de 2009

11M. Epitafio.

Ocurrió todo demasiado deprisa. Oculto tras la bruma del amanecer de un invierno moribundo, un latigazo de dolor sacudió nuestras mentes y nuestras almas dejándonos huérfanos de confianza. Las ráfagas informativas de los medios de comunicación no hacían sino pisotear cifras, hipótesis y teorías escasos minutos antes anunciadas.
Sin embargo, entre el fuego de cobertura, una bestia avanzaba incesante a medias desmembrando, destripando y arrojando cadáveres al entonces aturdido Gobierno. Una trama perfecta para un final indecente. Radio, televisión, prensa escrita, prensa on-line, móviles, la calle, PASALO, artistas, NO a la Guerra, sangre, dolor, llanto, tripas humanas, La Moncloa…
El tiempo ha pasado. Todo ha quedado olvidado. ¿Los culpables? ¿Acaso importan? Quienes montaron el vodevil salieron triunfantes y cobraron la presa. Lo de menos es el reguero de dolor que dejaron. El tiempo lo cura todo.
Quién sabe si algún día se hará justicia. De momento, sólo ha habido ajusticiados.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La Pantera de Chamartin

Ya hace tres años que Florentino Pérez, el por algunos bautizado como “ser superior”, se bajaba del pedestal del olimpo blanco del Real Madrid. Y ya entonces, polemizaba yo con algunos conocidos porque no me creía que esta joya de negociante saliese definitivamente del club.
El argumento de sus defensores: está cansado, está aburrido, ha mimado demasiado a los futbolistas, él no necesita esto, si es rico!, el ama el fútbol y al Real Madrid, ha perdido dinero y prestigio desde que ha entrado de presidente, … Menuda sarta de estupideces había que escuchar.
A Florentino Pérez, “la pantera de Chamartín”, ni le gusta el fútbol, ni ama el Real Madrid, ni le interesa lo más mínimo lo que piensen sus socios. Es un empresario, un negociante, un tiburón de las finanzas, que no ve balones, sino monedas, no ve banderas ni bufandas, sino billetes, ni ve estadios, sino oportunidades de negocio.
La “Operación Chamartín” se fraguó en la anterior etapa de presidente, con los Fdez. Tapia, Abelló y cia. de secuaces. Como objetivos principales: 1. Recalificación de la ciudad deportiva para la construcción de las torres de La Castellana y construcción de la nueva y megamoderna y superfuncional ciudad deportiva de Valdebebas. 2. Recalificación del estadio Santiago Bernabéu para su conversión en un mega centro financiero y construcción de un nuevo estadio con el mismo nombre, pero mucho más grande, moderno y grandioso en todos los aspectos, aunque, eso sí, más lejos del centro de la capital.
Y de camino, aun sin ser objetivos principales, otros beneficios paralelos derivados de los desproporcionados ingresos de las estrellas galácticas que él mismo se encargó de traer a golpe del talonario… del Real Madrid: creación de sociedades de inversión que “velen” por la correcta administración de los sueldazos de los pobrecitos futbolistas, etc.
En su momento, quién sabe si por problemas de apoyo institucional, de liquidez, administrativos o porque el pájaro se veía venir la caída del sector, plegó las alas y se retiró, habiendo dado sólo uno de los dos pelotazos que tenía pensados. Pero sólo ha tardado dos años en despertar.
Utilizando como ariete mediático al inefable Abellán (El Tirachinas), y siempre desde la sombra, se ha dedicado a crear un caos institucional y hasta deportivo grandioso en la Casa Blanca. Calderón ha sido poco menos que un Don Tancredo ante tal manta de críticas, denuncias, amenazas y descalificaciones, tejida por el entorno del felino, y ejecutado soezmente por el sicario radiofónico de marras. Floren ejerció todo su poder y su influencia para desacreditar al entonces presidente convirtiendo las oficinas del club blanco en un prostíbulo de barrio en el que quien no es fulana es camello, o yonki, o de todo a la vez, para vergüenza de los socios y regocijo del Atlético y el Barça.
Una vez que descabezó a la presa, apareció Boluda, hombre de paja sin voz ni voto, que aguantará en el cargo hasta que llegue de nuevo Florentino. Será en unas elecciones orientadas, en las que prácticamente sólo habrá un candidato, pero será El Candidato. Habrá luces, música, comida, bebida, estrellas galácticas para dar y tomar, tanto en la directiva como en el campo. La temporada 2008-2009 no será más que un triste recuerdo en la historia blanca. Lo importante será cúando empiezan a entrenar Cristiano Ronaldo, Kaká, Cesc, etc.
Florentino volverá a ser El Mesías. Llegado por obra y gracia de Dios para salvar al Real Madrid de las garras de los mafiosos y los chorizos. Él encauzará al club para alcanzar La Décima, apostará por la cantera, por las estrellas, y el Real Madrid recuperará su esplendor, como en los años de Franco.
Y tiempo después se anunciará el nuevo proyecto blanco: un superestadio a la altura de los que existen en el olimpo de los dioses. Pero claro, para ello será necesario abandonar el actual Santiago Bernabéu, para dejar paso a una gran manzana financiera, bandecida por Gallardón.
En fin, que el gran Florentino vuelve. Por todo lo alto. E imagino que los socios del Real Madrid estarán encantados con la idea de que esto ocurra. Al fin y al cabo es su club. Y con él hacen lo que les da la gana, ¿no?.

viernes, 13 de marzo de 2009

La decisón clave

A veces cuesta ser sincero con la gente que quieres. La vida es un juego con múltiples opciones a elegir, de tal manera que cada instante eliges una de infinitas posibilidades que te marcarán el resto del viaje. Los pequeños errores en las decisiones tomadas a menudo se subsanan sin grandes problemas, aún dejando las correspondientes cicatrices. Pero los grandes errores se arrastran el resto de la vida.
Hablo de esto hoy porque detecto a mi alrededor varias situaciones en las que creo que la gente que quiero no ha elegido bien su opción. Y lamento pensar que lo van a pagar caro.
En alguna de estas situaciones, es especialmente duro pensar que el haber tomado una decisión tan equivocada suponía un riesgo cierto que los protagonistas conocían en el momento clave. Esto agrava el hecho. Pero por lo que intuyo, más que apuestas arriesgadas pero correctamente argumentadas, se trataba de huidas hacia adelante. El no querer asumir errores pasados puede haber hecho que más de uno haya hipotecado (económica y profesionalmente, en los casos concretos que tengo en mente) su futuro. Sólo el destino sabe qué será de ellos.

martes, 10 de marzo de 2009

Preludio de revolución

La tecnología en las comunicaciones se encuentra en una vía muerta. Sobre infraestructuras de capacidad limitada se han edificado modelos de negocio que superan con creces los límites permisibles antes de que el usuario desconecte su atención, con lo cual una gran parte de las inversiones publicitarias y de marketing caen en saco roto.
El reto para las próximas décadas es desmarcarse de la evolución actual de la comunicación audiovisual y apostar por el valor añadido real en los servicios a los clientes.
Las redes sociales son una gran mentira que únicamente son sostenidas por la inexistencia de verdaderos servicios de valor añadido.
La principal palanca de despegue del futuro en las comunicaciones es el despliegue de nuevas redes, con más capacidad y nuevos métodos de acceso por parte de los usuarios, pero siempre y cuando dicha evolución se vea acompañada por la aparición de nuevos servicios que aporten funcionalidad a los usuarios sin invadir sus sentidos.
Sin embargo en las últimas décadas la evolución tecnológica ha sido mucho más lenta que la publicitaria, y es por esto por lo que en la actualidad se espera una revolución tecnológica como consecuencia lógica de dicho gap.
El desaforado ímpetu comercial avivado por la presión competitiva ha convertido la publicidad y el marketing en virus perniciosos para la estabilidad mental de quien es un potencial comprador. Pero dicha estrategia comercial morirá en pos de una comunicación más humana y racional, buscando la confianza del cliente siempre desde un punto de vista edificante.
Conceptos como descentralización, convergencia y eficiencia cobrarán especial importancia en la evolución de la tecnología, en un mercado en el que no toda estrategia de venta valdrá, surgiendo nuevas reglas tácitamente aceptadas por todos los actores que redefinirán nuevos canones en la comunicación que unirá a todas las partes. Respeto, equilibrio y valor serán los tres ejes sobre los que se fundamentará el marketing del futuro.
Ahora sólo queda ir tomando posiciones y tratar de adelantarse a los cambios que se avecinan. Quién los comprenda y se adelante, triunfará.

viernes, 27 de febrero de 2009

Flash de verano: tarde de Septiembre de Pocha

6 de la tarde. Estamos en casa de Vi---- porque en la piscina ya no se puede hacer gran cosa. Hace ya el fresco típico de Septiembre; el ambiente se ha quedado húmedo después del último chaparrón. Huele a madera húmeda y al humo de las primeras chimeneas encendidas. Estamos Vi----, Al--, Ca-------, Da---, Fe------, Iv--, Ti----, que tumbado en la tumbona de al lado de la barbacoa, lee un extraño libro en vez de los apuntes de la única asignatura que le ha quedado para verano, y yo. Se organiza un Barbudo que será seguido probablemente por una Pocha. Como siempre, Vi---- se encargará del documento. El cielo, nublado, empieza a amenazar con convertirse en penumbra. El sotechado, en la mesa de siempre, con buena compañía y cualquier tema que tratar, es suficiente cobijo. Y, de fondo, suena Aeropuerto, de Los Planetas.

viernes, 20 de febrero de 2009

MAFO

MAFO es un organismo pluricelular, multiorgásmico e interestelar. Tiene siete ojos, tres cuernos y dos lenguas viperinas. Diez docenas de afilados dientes, escamas duras como rocas y ocho patas terminadas en afiladas garras negras. Tiene además cuatro brazos acabado cada uno en una pinza dentada, con las que sujeta y desgarra la carne de las piezas que más tarde devora. Su aliento es tóxico, y tiene tanta capacidad destructiva como el fuego. Y sus excrementos son un oscuro plasma viscoso y ardiente como la lava y corrosivo como el ácido sulfúrico.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La teoría del último tren

Dos son los grandes miedos que atenazan al ser humano occidental en el siglo XXI: en vida, la soledad; una vez muerto, el olvido.
Nadie es capaz de resignarse a acabar sus días sólo, y es por esto que a través de la búsqueda de una pareja, de descendencia o de amistades, de una o de otra manera a lo largo de la vida vamos invirtiendo en un fondo de pensiones de compañía, que nos ayude a digerir el último paso antes de la muerte.
Porque el ser humano si hay algo que teme es la soledad, no ya física, sino emocional. Fallecer en la más completa soledad supone un fracaso moral que hace que todo lo vivido haya sido en vano.
Sin embargo el estilo de vida que se ha implantado en la cultura occidental, cimentado en el estado del bienestar, hace que dicha inversión se descuide, se retrase, y, por momentos, se olvide.
Este es el motivo por el que los vaivenes emocionales se han disparado exponencialmente en las últimas décadas. Buscamos la pareja con la que acabar nuestras vidas, pero nos equivocamos, o eso creemos, y buscamos otra, pero nos volvemos a equivocar, y buscamos otra, y así hasta que en la estación de nuestros sentimientos ya apenas quedan trenes a los que esperar. Y es entonces cuando llega el últmo tren, y nos subimos a él. Seguramente sea un tren equivocado, pero ya da igual. No hay tiempo de bajarse y esperar a otro. La vida no espera.

jueves, 5 de febrero de 2009

Angustia

Una de las reflexiones más duras que puede hacer una persona, es la que incluye el admitir cualquier hecho que suponga una derrota moral. Estos días encapotados que nos está regalando Febrero no están ayudando mucho a hacerme olvidar las mil preocupaciones (estúpidas, lo se, comparadas con las preocupaciones de tantas otras personas) que tengo en la cabeza.
Siempre me he considerado una persona débil, pese a que aun no he encontrado a nadie, además de mis padres, que ni remotamente lo puedan sospechar. Y quizá esa es mi mayor tortura. Si nadie te ve débil, nadie te ayuda, sino más bien te la solicitan. Y eso me causa más angustia aún, puesto que si no tengo agallas para atajar mis problemas, el que me carguen con más, no ayuda.
Son ya muchos años equipando un carro de combate de cartón piedra, y a estas alturas bajarse de él me sería imposible. Y lo peor es que en ningún momento he hecho nada por subirme a él. Más bien todo lo contrario.
Veo que otras personas, tan o más débiles que yo, se construyen corazas con las que ocultar un sinfín de debilidades y miserias. Me da pena, y me preocupa pensar que en mi caso ha sido la propia vida la que me ha construido mucho más que una coraza, que impide que quien me conoce, me comprenda, y me eche una mano.
Detesto a los psiquiatras. Creo que son charlatanes que se aprovechan de las miserias de quienes a ellos recurren, para ganarse un buen dinero. Son como los curanderos de barrio. Pienso que los problemas se pueden, si no solucionar, sí atenuar con comprensión, humanidad, apoyo. Pero quizá quien puede proporcionar esa ayuda ha de tener la cabeza lo bastante despejada como para poder volcarse en quien lo necesita. Y aquí viene el problema. No conozco a nadie que no tenga problemas.
Es como un tobogán en el que cada vez te escurres más rápido, y no sabes hacia dónde vas. Quisieras poder frenarte y ver dónde estás, para así poder decidir hacia dónde quieres ir. Pero no se puede. Y el tiempo pasa…

martes, 3 de febrero de 2009

La generación de oro

Si hay un deportista o grupo de ellos que se merezcan unas líneas en un blog como el mío, estos son los chicos de oro del baloncesto español. Los Gasol, Navarro, Rudy, etc. Y no ya circunscribirme a los que fueron denominados los Junior de Oro y que en su mayoría posteriormente fueron Campeones del Mundo absolutos, sino a la generación de jugadores de baloncesto, empezando por Garbajosa y terminando (si es que se puede decir terminar) en Ricky Rubio, que tan buenos momentos nos están haciendo pasar desde que empezó el siglo actual.
Uno que es fan apasionado del basket, está como oso rebozado en miel cada vez que ve algún partido de la selección española. Ya es que da igual la convocatoria, porque vaya quie vaya todos dan la talla, en la medida de sus posibilidades. Ahora sobran bases de calidad (Ricky, Calderón, Raúl López, Cabezas, Oliver) sobran tiradores (Rudy, Navarro, Mumbrú), sobran pivots (Pau y Marc Gasol, Garbajosa, Fran Vazquez, Felipe Reyes, Trigueros), y así… Es tremenda la explosión de este deporte en España. No se si ha sido el efecto de los Junior de Oro o si ha sido Pau Gasol o qué ha sido, que hemos pasado de adorar a Fernando Martín, quién, todo hay que decirlo, era un jugador taruguete; fortachón y con maneras, pero limitadillo (hoy día probablemente no sería nunca convocado con la selección) a olvidarnos de él y verle como el que recuerda viejos tiempos cuando ve pasar un Seat 600 por la calle. Pero es que ahora, Pau Gasol se codea con Kobe Bryant en una final de la NBA y ya acaricia su segundo All Stars, Rudy Fernández va a ser el primer europeo que participe en un concurso de mates de la NBA, Calderón se queda a once tiros libres de entrar en la historia de más libres seguidos anotados de la megaliga americana, bueno, es que hablamos de que los españoles están dejando huella en la NBA, no están de comparsas. Y esto va suma y sigue.
Aun recuerdo aquellas selecciones con Díaz Miguel a la cabeza, en las que Corbalán, Chicho Sibilio, Fernando y José Ángel Arcega, Iturriaba, De La Cruz, Epi, Jimenez, Ferrán Martínez, etc. eran nuestras bazas para competir en Europa, en las Olimpiadas, en los Mundiales. ¿Cómo olvidar también a los Rafa Vecina, Jofresa, Montero, Carles Ruf, Pep Cargol, Biriukov, Morales, Lalo García, Solozábal, Creus, etc.? Madre mía, vaya tropa, digo… vaya recuerdos. Nuestras armas secretas eran como las que utilizaban Mortadelo y Filemón para combatir al hampa. Hombre, todo hay que decirlo, se consiguió una plata muy meritoria en Los Ángeles 84. Pero también es cierto que todos bien sabemos que calidad, lo que se dice calidad, … no tenían mucha. Eran corajudos, sabían aprovechar sus bazas, … pero no eran grandes estrellas de este deporte. Aún así no hay que desmerecer sus méritos.
Pero bueno, que yo me quedo con lo de hoy día, donde exportamos de todo y aun así no dejan de salir nuevas estrellas que no dejan de marcar nuevos límites cada vez más ambiciosos.
Este verano llega el Europeo, asignatura pendiente para esta generación, que ya va a empezar a perder alguno de sus mejores exponentes (ej. Garbajosa). Esperemos que lo ganen, más por el desquite de lo que nos dolió la famosa derrota con Rusia que otra cosa.
Pero de cualquier manera, y pase lo que pase en los próximos años, si hay algo no nos podrá quitar nadie nunca, ya, es lo que estos chicos nos han hecho y nos siguen haciendo disfrutar en la cancha. Vaya por ellos este homenaje a los más grandes, a la generación de oro del basket español.

martes, 27 de enero de 2009

OBAMA

Si es que hasta el nombre es sugerente: Obama. Si hace unos años nos hubiésemos propuesto imaginar una trama novelesca en la cual un lobbie tan poderoso como oculto se encargase de diseñar ad hoc un candidato presidencial para la Casa Blanca al que situar al frente de USA, probablemente no nos habría salido tan ideal como Obama.
Negro, un símbolo de la superación del racismo histórico americano; jóven, símbolo de la fuerza y la vitalidad de la juventud; demócrata, símbolo de la concordia y del apoyo a las políticas sociales; de expediente académico brillante, símbolo de que su curriculum le avala irrefutablemente; casado con una mujer alta y guapa y con dos hijas, símbolo de lo que más gusta por aquellos lares: la importancia del modelo tradicional de familia. Todo es perfecto.
Obama se nos ha metido por los oídos, por los ojos, por la boca, por los poros. Ha ocupado periódicos, telediarios, ondas, bits. Ha rellenado comidas, cenas, ratos de cafetería, de bar de copas, … Lo conocen jóvenes, viejos, medianos, blancos, negros, amarillos, rojos y azules. Obama es. Y ya está. Nadie en su sano juicio puede criticar a Obama. Porque no hay manera de hacerlo. Ni es malo, ni es tonto, ni es feo, ni es bajo, ni es gordo, ni es calvo, ni es… nada que permita meterle mano. Obama es perfecto.
Ahora Obama ya es presidente. Por la gloria de Dios. Ahora ha de dirigir el mundo. Y cambiarlo. Cerrar Guantánamo y traerse a la gente de Irak, sus primeras medidas. ¿Las siguientes? De momento a Afganistán ha mandado más tropas. Bueno, seguro que es para causas humanitarias. Obama nunca permitiría que un marine pegase un tiro ni a una botella. Es Obama, no lo olvidemos.
Obama hereda una delicadísima situación económica: el sistema financiero al borde del colapso y varios sectores punteros yanquies cayendo a plomo por ambas costas: financiero, automovilístico, farmacéutico, tecnológico, inmobiliario, etc. Hereda un mar de fondo que, lejos de poder calmarse por sí mismo, ya no tiene marcha atrás y necesita un reforma urgente antes de desbordarse y generar problemas sociales serios: las archiconocidas (por inexistentes) ayudas sociales norteamiericanas: seguro por desempleo, sanidad pública y demás. Hereda una inquietante mala imagen exterior que en algunos países se convierte en hostilidad más allá del recelo (Afganistán, Palestina, Irak, Iran, Siria, Rusia, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, etc.) que supuestamente va a cambiar. Hereda compromisos medioambientales como el cumplimiento de los acuerdos del protocolo de Kyoto y de remodelado del motor energético norteamericano, fuertemente dependiente de combustibles fósiles hasta la fecha.
Mucha carrera para quién sabe qué caballo. Y claro, puestos a ser malos, uno se pregunta en qué posición quedan los poderes fácticos que tantas idas y venidas han tenido y tanto han dado que hablar desde que se fundó USA: desde la mafia hasta los grandes lobbies judíos, pasando por las grandes fortunas petroleras, armamentísticas, farmacéuticas, automovilísticas, etc. Demasiados padrinos para un solo apadrinado. Porque Obama rompe con todos los vicios que han dirigido y condenado a todos los presidentes de aquel país. Y claro, desde hoy, Obama condenará toda violación de los derechos humanos que se produzca en cualquier lugar del mundo, empezando por Palestina, Obama fortalecerá los lazos de unión con aquellos países con los que últimamente ha habido algún conflicto geopolítico, como Venezuela, Ecuador o Cuba. Obama extinguirá el carácter belicoso que durante tantos años ha caracterizado a USA, minimizando hasta límites insospechados la producción armamentística norteamericana. Obama refundará el aparato de control financiero para evitar futuros batacazos del calibre de Lehman Brothers o Madoff. Etc.
Obama ha llegado. Y no defraudará a nadie. Porque ha aparecido El Presidente. Hará historia. Y empequeñecerá a todos sus antecesores. Y el Padrenuestro que se rezará en el resto del mundo empezará con un “Obama nuestro que estás en Estados Unidos, …”. Un nuevo mundo ha comenzado. ¿O no?

miércoles, 21 de enero de 2009

Profetas de medio pelo

Si hay una cosa que no me gusta ser, es catastrofista. Sí realista, pero nunca asesino sin escrúpulos que disfruta viendo escurrir la sangre de sus víctimas. Hoy me despierto leyendo un artículo en el que, bajo la excusa de una profecía de Nouriel Roubini (que me digan dónde se obtiene el título de profeta), se vaticina una crisis bancaria sistémica generalizada a ambos lados del atlántico. Independientemente del trasfondo de la noticia, me preocupa el color de la caja de galletas. No se si a alguno le voy a abrir los ojos o si se los voy a poner morados, pero de cualquier manera abogo porque todo el mundo sepa que los bancos no tienen todo el dinero que sus clientes han depositado en ellos. Bien. Alguno me dirá: “Menudo genio, ¿te enteras ahora?. Los bancos sólo cuentan con una pequeña parte de capital que se les obliga por ley y …”. No, que no. Que no me refiero a eso. Digo que si mañana todos los clientes de todos los bancos del mundo piden a sus bancos retirar todo su dinero en dos, tres, cinco, o veinticinco días, ningún banco podría hacer frente a todas las peticiones.
¿Qué significa esto? Pues más o menos que por unas u otras razones, una parte del dinero que inocentemente hemos dejado en manos de los bancos/cajas de ahorro se ha volatilizado y posiblemente nunca volverá a aparecer. El concepto tradicional de banco, el de las películas del oeste, donde los mismos billetes que una señora guardaba el lunes por la mañana permanecían en la caja fuerte el viernes por la tarde, ha desaparecido. La ingeniería financiera ha infectado el modus operandi del aparato financiero a nivel mundial, y donde antes se trataba de salvaguardar los ahorros de los clientes obteniendo algún beneficio por los mismos (a espaldas de los clientes, claro), pero siempre asegurando poder devolver todo lo recibido de los clientes, ahora nos encontramos con que los bancos han perdido una gran parte (Dios sabe cómo) de lo que sus clientes les confiaron. Bueno, Dios no lo sabe. Las sucesivas burbujas tecnológicas, inmobiliarias, petrolíferas, etc. han hecho salir pasta a borbotones (a modo de créditos) de las entidades financieras y han dejado como regalo activos dramáticamente depreciados y sin capitalización posible a corto.
Claro, ahora uno se ríe de que al Santander le “enladrille” Martinsa-Fadesa, sin tener en cuenta que como los clientes de dicho banco sepan el socavón contable que el de Trigueros del Valle les ha abierto en sus cuentas, les van a temblar las canillas pero bien.
Pero volviendo al principio. Una vez que sabemos que vivimos engañados en una estafa piramidal brutal, creo que lo más conveniente es seguir como estamos y dejar que sean las autoridades oportunas las que aprieten las tuercas a las entidades financieras para que arreglen el desaguisado, o por lo menos para que ninguno de ellos haga empezar a hacer caer las piezas del dominó. Este tipo de noticias en la prensa sobran, y hay que ser muy mala persona, muy suicida o símplemente ser un retrasado o un inconsciente como para tratar este tema, y menos hacer eco de las palabras de este vidente de garrafón que sólo aspira a hacer rico a base de hablar de lo que, aun sabiéndolo todos, nadie hemos de comentar. Por favor, ¿por qué no se callan?.

lunes, 19 de enero de 2009

El erial ibérico

Por más que me intento autoconvencer, tarde o temprano termino hablando de economía con insistencia. Quizá porque me apasiona, quizá porque soy la reencarnación de algún judío, o quién sabe por qué, pero el caso es que de una u otra manera la economía me termina atrapando y colonizando todo el espacio que utilizo en mi cabeza para almacenar los borradores de posts que luego vomito en la red.
Sin ir más lejos, hoy, no se si encima, debajo o quien sabe dónde respecto a la crisis económica que vivimos, aparece la rebaja de rating de Standard & Poor’s al Estado español. Bueno, imagino que para los lectores no muy puestos en estas lides esto les sonará a chino.
A ver, para que todos nos entendamos: quien más quien menos, todos sabemos lo que es la deuda pública (letras del tesoros, bonos del Estado, etc.) bien porque lo conocemos de oidas o porque en algún momento hemos adquirido estos productos financieros. Son, en resumen, una manera sencilla que utilizan los Estados para conseguir dinero: tu, por ejemplo, al comprar Letras del Tesoro de España, le estás prestando dinero al gobierno español para que acometa gastos, con el compromiso de que en un futuro, pactado al comprar dichas Letras, el Gobierno de España te va a devolver lo que le prestaste más los intereses, también pactados en la compra. Todo esto sin riesgo alguno, puesto que es el Tesoro Público de España el que te garantiza que te devolverá la pasta.
Bien. En este punto es donde está el tema en cuestión. ¿En virtud de qué tu te has de creer que el Estado español, al vencer el plazo pactado para la devolución de tu pasta va a, efectivamente, devolvértela? Pues hombre, porque mi abuelo siempre decía que lo único seguro son las Letras del Tesoro. O mejor dicho, porque el único motivo por el que las Letras que compraste fallasen sería porque el Estado español quebrase. Imposible.
Bueno, pues esa utopía de que el Estado español quiebre es un hecho que las agencias de rating (S&P, Moody’s, etc.) están poniendo encima de la mesa por primera vez desde que tengo uso de razón. Y es algo muy grave. No ya por el hecho de que lo digan estos pollos, que daban la mejor valoración a Lehmann Brothers meses antes de su quibra, sino porque por desgracia, la valoración de estas agencias es tenida en cuenta en infinidad de aspectos relacionados con la economía nacional e incluso mundial, y de una u otra manera, nos terminarán por afectar.
Sin entrar en tecnicismos: que nos rebajen el rating los de S&P es como decir a todo inversor privado o institucional del planeta: “cuidado con España, que algo no va bien, y si tienes interés en invertir un dólar (o un euro, o un yen, .etc.) en dicho país, ya sea vía deuda pública (Letras del Tesoro o similar) acciones de empresas o símplemente abriendo un kiosko en una calle de Algeciras, el riesgo de que tu inversión se pueda ir apique es hoy mayor de lo que lo era ayer”. Ups. Creo que con este ejemplo ya he dicho bastante. No sólo ya para los que tengan adquirida deuda pública (o estén pensando adquirirla) sino para quienes trabajen en multinacionales no españolas con sede en España, o incluso para los empresarios españoles con empresas en España.
En resumen, que desde fuera están viendo algo que hace que España huela mal. Aquí, ya se sabe, entre terrorismo, paro, etc. parece que el añadir crisis a los términos que componen las preocupaciones de los españolitos de a pié tampoco nos va a cambiar radicalmente la vida. Sin embargo es el que sean “extranjeros” los que nos dicen que hay algo podrido en nuestra despensa lo que hace el tema preocupante.
Y hombre, teniendo en cuenta la escasa (casi nula) industria española, la nula inversión en I+D, más la dependencia energética del exterior, etc. etc etc. hacen que, siendo realistas, España no es más que un erial lleno de funcionarios, parados, jubilados y empleados de empresas a la deriva y sin capacidad real de maniobra, puesto que no son competitivas.
No se qué más poner en este post. Lo veo todo tan mal que igual es casi mejor dejarlo así. Si no me liaría a entrar en detalles chungos que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Sí, mejor. En una segunda parte, quizá mejor.