
Hablo de esto hoy porque detecto a mi alrededor varias situaciones en las que creo que la gente que quiero no ha elegido bien su opción. Y lamento pensar que lo van a pagar caro.
En alguna de estas situaciones, es especialmente duro pensar que el haber tomado una decisión tan equivocada suponía un riesgo cierto que los protagonistas conocían en el momento clave. Esto agrava el hecho. Pero por lo que intuyo, más que apuestas arriesgadas pero correctamente argumentadas, se trataba de huidas hacia adelante. El no querer asumir errores pasados puede haber hecho que más de uno haya hipotecado (económica y profesionalmente, en los casos concretos que tengo en mente) su futuro. Sólo el destino sabe qué será de ellos.
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