martes, 10 de marzo de 2009

Preludio de revolución

La tecnología en las comunicaciones se encuentra en una vía muerta. Sobre infraestructuras de capacidad limitada se han edificado modelos de negocio que superan con creces los límites permisibles antes de que el usuario desconecte su atención, con lo cual una gran parte de las inversiones publicitarias y de marketing caen en saco roto.
El reto para las próximas décadas es desmarcarse de la evolución actual de la comunicación audiovisual y apostar por el valor añadido real en los servicios a los clientes.
Las redes sociales son una gran mentira que únicamente son sostenidas por la inexistencia de verdaderos servicios de valor añadido.
La principal palanca de despegue del futuro en las comunicaciones es el despliegue de nuevas redes, con más capacidad y nuevos métodos de acceso por parte de los usuarios, pero siempre y cuando dicha evolución se vea acompañada por la aparición de nuevos servicios que aporten funcionalidad a los usuarios sin invadir sus sentidos.
Sin embargo en las últimas décadas la evolución tecnológica ha sido mucho más lenta que la publicitaria, y es por esto por lo que en la actualidad se espera una revolución tecnológica como consecuencia lógica de dicho gap.
El desaforado ímpetu comercial avivado por la presión competitiva ha convertido la publicidad y el marketing en virus perniciosos para la estabilidad mental de quien es un potencial comprador. Pero dicha estrategia comercial morirá en pos de una comunicación más humana y racional, buscando la confianza del cliente siempre desde un punto de vista edificante.
Conceptos como descentralización, convergencia y eficiencia cobrarán especial importancia en la evolución de la tecnología, en un mercado en el que no toda estrategia de venta valdrá, surgiendo nuevas reglas tácitamente aceptadas por todos los actores que redefinirán nuevos canones en la comunicación que unirá a todas las partes. Respeto, equilibrio y valor serán los tres ejes sobre los que se fundamentará el marketing del futuro.
Ahora sólo queda ir tomando posiciones y tratar de adelantarse a los cambios que se avecinan. Quién los comprenda y se adelante, triunfará.

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