martes, 4 de noviembre de 2008

El negocio del miedo

Creo que en estos últimos meses de turbulencias financieras existe gente que ha fijado como modelo de negocio algo con lo que no estoy muy de acuerdo: el miedo. Vaya, y soy yo quien dice esto. Una persona que vive pegada a diarios pseusosensacionalistas de toda índole (económica, deportiva, cultural, etc.). Es cierto. Por más que comento con compañeros de trabajo y amigos las últimas noticias económicas, el regusto que me queda al final es que, en términos generales, la gente pasa bastante de si se hunde el Nasdaq o si Goldman Sachs rebaja el precio objetivo de Inditex un 30%. Entonces, ¿por qué a mí me preocupa tanto? ¿Soy yo el que me agobio innecesariamente o existe demasiada pasividad a mi alrededor? Creo que sólo cuando hace unas semanas en primera plana de todos los diarios salió la noticia de que el Estado holandés inyectaba liquidez a ING Group y como subtítulo de las noticias, se aseguraba que ING Direct no pasaba por problemas, fue cuando uno de mis compañeros se preocupó mínimamente del tema, y eso que todos sus ahorros los tenía en dicho banco. Pero aun así, tampoco estaba muy preocupado, porque tardó en leerse la noticia tres días… Lo mismo me pasa con mis padres. Con el tema de Lehman Brothers, no dejo de insistirles que revisen sus inversiones y la de otros familiares (aún menos preocupados por estos temas). Pero da igual. Como si a Homer Simpson le pides que te demuestre la Ley de Faraday.
Ahora bien, para todos los que sí nos preocupamos de estos temas, y vuelvo al tema inicial, creo que existen intereses sospechosos de infundir un estado de terror colectivo que puede hacer a algunos ganar mucha pasta. No se cómo, pero me lo huelo. Y es que una vez que uno se introduce en el mundillo de la información financiera, se da cuenta de que la economía es más previsible de lo que parece, aunque en determinados momentos, determinados giros informativos dejan a uno fuera de juego, preguntándose si realmente entiende la realidad o si son noticias sin fundamento de oscuras intenciones.
Quizá no sea este el momento de intentar trepar por tan escarpados cerros, pero yo creo que con el miedo hay gente que se forra. Las noticias de quiebras de empresas, de malos resultados de empresas, de predicciones catastróficas, etc. pienso que sostienen modelos de negocio macabros pero rentables. Y es posible que los peores clientes sean los que pasan de analizar la realidad.

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