miércoles, 12 de noviembre de 2008

Triste recuerdo adolescente

Cuando estaba en el colegio, y durante ocho años, tuve un compañero, Vi-----, que con frecuencia recuerdo y sobre el cual tengo una gran curiosidad acerca de qué habrá sido de su vida. Era un chico tímido. Quizá acomplejado, o asustado por algo. Estoy seguro de que no era un chico felíz. No tenía amigos y apenas se relacionaba con nadie. Era de esos chicos que siempre estaba al margen de lo que se movía por la clase. Más temeroso de que se metiesen con él que con interés por hacer amigos. Recuerdo que a medida que pasaban los años, su alejamiento del resto de la clase se le convirtió en una condena.
No acierto a recordar el momento en el que de manera sistemática se le empezó a dar caña. Quinto, sexto, … no se. Lo único que de verdad recuerdo es que en un momento dado, sus compañeros nos convertimos en los peores verdugos que podía encontrarse. Si no era de una manera, era de otra. Pero él siempre terminaba cobrando. O siendo perseguido, insultado, humillado. Y cuidado con que se intentase defender, porque entonces ya había causa justificada para darle más caña todavía. No olvidaré nunca el verle, día tras día, correr por la calle perseguido por veinte o treinta energúmenos como si de una cacería se tratase. El uno, aterrorizado, aunque con cierta resignación al ser ya el pan de cada día. Los otros, ansiosos de llevar cada día un poco más lejos su hombrada. Eso sí, el físico que debió desarrollar Vi----- debía ser de atleta profesional, ya que en esos dos o tres años hizo kilómetros a cholón.
Yo no puedo quitarme de la quema, porque algún día también le corrí. Pero en mi descarga he de decir que nunca lo hice con mala intención. De hecho nunca me llevé mal con él y creo que a mí era a una de las pocas personas a las que se dirigía sin miedo.
También recuerdo que en algún momento, nuestro tutor nos avisó en clase que debíamos dejar de maltratar a nuestro compañero, porque lo estaba pasando mal. Lo que me deja realmente preocupado es que nunca nadie le hizo ni puñetero caso.
Vi----- vivía con su madre (había múltiples rumores sobre su padre, aunque creo que el único válido es que había fallecido), profesora de música o algo así. Una mujer mayor, desactualizada, que creo que nunca supo dar buenos consejos a su único hijo. También recuerdo que su casa era un piso en un bloque antiquísimo, viejo, sucio y feo. Pero Vi----- nunca dio sensación de vivir en la miseria.
Pasado el tiempo, tuve, (hacía años que no sabía de él) más noticias sobre él. Su madre había fallecido, y él sobrevivía vendiendo las antigüedades que heredó de su madre (su casa debía ser un museo de objetos de no mucho valor) en una de estas tiendas de segunda mano. Yque se había casado.
Más adelante, tras verle alguna vez en la calle, volví a tener noticias suyas. Me comentaron que se le habían encontrado en El Corte Inglés, donde le habían contratado de vendedor en la zona de Imagen y Sonido, que estaba a punto de cumplir los seis meses de prueba y que casi seguro que le hacían indefinido. Y que por ello estaba muy contento. Me alegré por él. De hecho, no se si por la curiosidad de volver a verle o por un cierto sentimiento de solidaridad, decidí acerarme a donde trabajaba para, como de manera accidental, saludarle e interesarme por él. Así lo hice, pero no le encontré. De hecho fui varias veces más en diferentes momentos del día y durante varios días, y nunca le ví. Igual no le renovaron.
Ya nunca más supe de él. Este chico fue un ejemplo de persona maltratada. No se hasta que punto su situación familiar afectó a la situación en el colegio. Pero tengo claro que con toda seguridad él no guarda un buen recuerdo de sus años de adolescente. Ahora veo todo lo que se le hizo con distancia. Y con culpabilidad. Porque nunca se mereció lo que le hicimos (me incluyo). Pero los niños son muy crueles. Lo pude comprobar. Solo espero y deseo que, esté donde esté, a Vi----- le vaya todo muy bien en su vida. Porque si alguien se lo merece, es él.

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